El  BALANCED SCORECARD  es un Modelo de Gestión para diseñar, articular y ejecutar la ESTRATEGIA

El Balanced Scorecard, llamado también Cuadro de Mando Integral, es considerado actualmente como uno de los más importantes modelos de planificación y gestión de los últimos años.  Independientemente del hecho que  los modelos de planificación y gestión de empresas sean más o menos populares  en determinados momentos, lo cierto es que el Balanced Scorecard contribuye a la resolución de problemas que tienen nuestras organizaciones públicas y privadas.

EL Balanced Scorecard es un modelo de gestión que traduce la estrategia en objetivos relacionados medidos a través de indicadores y ligados a unos planes de acción que permiten alinear el comportamiento de los miembros de la organización.

Sus instrumentos principales son:  El Mapa Estratégico,  Los Indicadores Clave de Desempeño,  Las Iniciativas Estratégicas.

 

A través de un sistema coherente de elementos, como los mapas estratégicos, la asignación de recursos y la evaluación del desempeño, el Cuadro de mando Integral ayuda a engarzar piezas normalmente descoordinadas en nuestras organizaciones para adecuar el comportamiento de las personas a la estrategia empresarial.

Podríamos decir que el Balanced Scorecard nos proporciona una fotografía que nos permite examinar cómo estamos acometiendo hoy nuestra estrategia a medio y largo plazo. Para encontrar esa fotografía previamente, es necesario concretar nuestra visión del negocio en objetivos estratégicos relacionados entre sí según diferentes perspectivas.  Con este ejercicio se consigue hacer que la estrategia sea más entendible y por tanto más fácilmente comunicable. Ese esfuerzo también nos permite organizar todos los elementos de gestión de la empresa en torno a sus verdaderos objetivos.

 

El MAPA ESTRATÉGICO,  sirve para  articular Objetivos,  describir la Estrategia,  Alinear a los Colaboradores,  Priorizar ejecución del Plan.  

Llamamos mapa estratégico al conjunto de objetivos estratégicos que se conectan a través de relaciones causales.  Los mapas estratégicos son el aporte conceptual más importante del Balanced Scorecard.

Ayudan a entender la coherencia entre los 

objetivos estratégicos y permiten visualizar de manera sencilla y gráfica la estrategia de la empresa.

Un problema habitual en la selección de objetivos estratégicos es tener demasiados.  Los mapas estratégicos pueden ayudar a englobar y priorizar objetivos.  La experiencia muestra que también se produce un gran aprendizaje en el trabajo en equipo para la elaboración de los mapas.

El mapa estratégico ayuda a valorar la importancia de cada objetivo estratégico, ya que nos los presenta agrupados en perspectivas. Las perspectivas son aquellas dimensiones críticas clave  en la organización. Las cuatro perspectivas más comúnmente usadas son las siguientes:

Perspectiva  Financiera.

Pretende responder la pregunta: ¿Qué debemos hacer para satisfacer las expectativas de nuestros accionistas?

Perspectiva del Cliente

Pretende responder la pregunta: ¿Qué debemos hacer para satisfacer las necesidades de nuestros clientes?

Perspectiva de Procesos Internos

Pretende responder la pregunta:  ¿En qué procesos debemos ser excelentes para satisfacer esas necesidades?

Perspectiva de Aprendizaje y Crecimiento

Pretende responder la pregunta: ¿Qué aspectos son críticos para poder mantener esa excelencia?

 

Los mapas estratégicos se componen de objetivos estratégicos y relaciones causales.  Los objetivos estratégicos muestran aquello que se quiere conseguir. Las relaciones causales son la explicitación de las relaciones entre los objetivos. No se trata de relaciones matemáticas, son relaciones intuitivas basadas en el conocimiento de la organización y del sector así como la experiencia.

Los INDICADORES CLAVE DE DESEMPEÑO  son el termometro organizacional que permite conocer en el momento el estado de salud de la empresa u organización.

Los indicadores son el medio que tiene el Balanced Scorecard para visualizar si se está o no cumpliendo los objetivos estratégicos.  Un objetivo estratégico, como por ejemplo el desarrollo de capacidades comerciales de nuestro personal clave, puede medirse a través de indicadores.  No existen indicadores perfectos, y por ello para la medición de algunos objetivos estratégicos se puede utilizar más de uno.

Se pueden establecer dos tipos de indicadores:

Indicadores de resultado: Miden la consecución del objetivo estratégico.  También se les llama indicadores de efecto.

Indicadores de causa: Miden el resultado de las acciones que permiten su consecución. También llamados indicadores inductores.

El número de horas de formación por empleado es un indicador de causa, Mide el esfuerzo que realizamos para conseguir mejorar las capacidades.  No obstante puede suceder que ese esfuerzo no se vea recompensado con resultados y por eso es útil trabajar también con otros indicadores.

Las INICIATIVAS son las acciones vitales que hacen que la Estrategia se ejecute.   Sin Iniciativas,  no hay resultados.

Las iniciativas estratégicas son las acciones en las que la organización se va a centrar para la consecución  de los objetivos estratégicos. En nuestras empresas hacemos cosas, pero ¿están realmente enfocadas hacia el cumplimiento de la estrategia?  En muchas organizaciones encontramos un exceso de iniciativas y proyectos con falta de recursos y tiempo para llevarlas a cabo.

Es importante priorizar las iniciativas en función de los objetivos estratégicos. Si analizamos el impacto de las iniciativas en marcha en cada uno de los objetivos estratégicos podremos visualizar iniciativas que aportan poco valor al cumplimiento de esos objetivos estratégicos sin soporte de las iniciativas.


El definir las iniciativas trata de decidir los proyectos en los que la organización se va a centrar durante un determinado periodo de tiempo.  Las iniciativas también deben contar con indicadores o  ciertos hitos para realizar su seguimiento.